martes, 23 de diciembre de 2008

UNA VIDA DEDICADA AL SERVICIO DE LOS MAS POBRES El padre Serpa ya está en los cielos

El sacerdote Juan Serpa Meneses (76), conocido por su loable trabajo pastoral con los sectores de menores recursos económicos y con la comunidad quechuahablante, dejó de existir ayer por la tarde víctima de una hemorragia digestiva alta producida por várices en el esófago, según reportes médicos del Hospital Guillermo Almenara.

El conocido párroco de las iglesias Nuestra Señora de Monserrate y San Sebastián, del Cercado de Lima, ingresó el domingo de emergencia a dicho nosocomio, y luego permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde lo sorprendió la muerte.

El padre Serpa fue el pionero en celebrar misas en quechua y español destacó por su apoyo al Colegio Monserrate, donde puso todos sus esfuerzos.

Sus restos serán velados en la Iglesia Nuestra Señora de Monserrate y el sepelio será en el cementerio Campo Fe de Huachipa, en el sector San Sebastián.
Por PILAR PÉREZ

CONDENAN AL EX CORONEL BAGOSORA POR EL GENOCIDIO RUANDÉS

18 de Diciembre - El Tribunal Penal Internacional para Ruanda declaró hoy al ex coronel del ejército Thenoeste Bagosora, de 67 años, culpable del genocidio que sufrió Ruanda en 1994 y condenado a cadena perpetua.

Según la sentencia del Tribunal Penal Internacional para Ruanda, basado en Arusha (Tanzania), "el coronel Bagosora es culpable de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra".

Bagosora, que ocupaba en 1994 el cargo de director de gabinete en el Ministerio de Defensa, fue acusado por el Tribunal de estar a cargo de las tropas y la milicia hutu interahamwe, consideradas responsables del asesinato de más de 800.000 personas de la minoría tutsi o hutus moderados.

Desde 1997, el tribunal de Naciones Unidas ha sentenciado a 29 personas por el genocidio en Ruanda. Uno de los casos más conocidos es el del cantante ruandés Simon Bikindi, que fue condenado a 15 años de cárcel por haber pronunciado instado a los hutus a matar a la minoría tutsi.

Por su parte, en 2006, el gobierno de Ruanda llamó a su embajador en Francia y rompió sus relaciones diplomáticas con París después de que la justicia francesa emitiese órdenes internacionales de arresto contra nueve asesores del presidente ruandés, Paul Kagame, por asesinato o complicidad en la muerte del anterior jefe de Estado de Ruanda, Juvenal Habyarimana, que precedió al genocidio.

Se estima que unas 800.000 personas fueron brutalmente masacradas a partir del 7 de abril de 1994, un día después de que el avión que transportaba a los presidentes de Ruanda y Burundi fuera derribado por un misil cuando estaba a punto de aterrizar en Kigali, la capital ruandesa.

Durante 100 días, se desencadenó la matanza de tutsis, asesinados con machetes y armas de fuego por milicias, soldados del Ejército y la propia población civil.
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