viernes, 30 de julio de 2010

Ministerio Público entrega restos de víctimas de masacre senderista en Ñuñunhuayco y Patahuasi


Los hechos ocurrieron el 20 de octubre de 1991 en dos comunidades campesinas del distrito de Vischongo, Vilcashuamán, Ayacucho, cuando presuntos subversivos atacaron simultáneamente ambos poblados. Senderistas buscaban vengarse de campesinos que organizados en Comités de Autodefensa capturaron y entregaron a presuntos subversivos.
La  1ª Fiscalía Supraprovincial de Ayacucho entregó los restos de 21 víctimas de una masacre senderista ocurrida el 20 de octubre de 1991 en las comunidades de Patahuasi – Ñuñunhuaycco, distrito de Vischongo, provincia de Vilcashuamán. La Comisión de Derechos Humanos, COMISEDH realizó la denuncia de estos hechos ante el Ministerio Público, luego de la investigación antropológico-forense respectiva.
Los hechos denunciados se remontan al 20 de octubre de 1991, en que aproximadamente a las 8 p.m. y de manera simultánea, dos columnas terroristas -de unas 100 personas cada una-  incursionaron en ambas comunidades sorprendiendo a sus  pobladores. Aquellos que no pudieron huir fueron cruelmente asesinados con disparos de armas de fuego, golpes de hachas y machetes, al tiempo que sus viviendas eran incendiadas. Como consecuencia de estos hechos fallecieron 21 comuneros (8 en Ñuñunhuaycco y 13 en Patahuasi), dejando heridos a 7 comuneros. Entre los asesinados se encontraba la niña F. S. P. O. de 10 años de edad.
La incursión senderista contra estas comunidades se dio en circunstancias que los pobladores se habían organizado en rondas de auto defensa y días antes de los hechos, habían capturado y entregado a la base militar de Sachabamba a presuntos militantes senderistas.
Una vez que los terroristas se marcharon del pueblo, los sobrevivientes sepultaron los cuerpos de las víctimas en sitios de entierro que fueron debidamente identificados por COMISEDH en la investigación que realizó y cuyos resultados fueron puestos en conocimiento del Ministerio Público. Peritos del Equipo Forense Especializado del Instituto de Medicina Legal recuperaron de estos lugares denunciados, los restos humanos que fueron finalmente entregados a sus familiares para que puedan ser dignamente sepultados.

Disidente cubano Ariel Sigler llega a Miami y es trasladado al hospital


Ariel Sigler (al centro) durante su recibimiento en Miami. Florida

 28 de julio de 2010. (AP)
El alcalde de Miami, Tomás Regalado, dio la bienvenida al ex preso político y dijo que hoy es "un día de felicidad" para los cubanos de la ciudad por su llegada.
Sigler, quien está en silla de ruedas desde septiembre de 2008, sufre una serie de enfermedades crónicas como polineuropatía y problemas digestivos y renales, contraídos en prisión.
Varias organizaciones de exiliados cubanos, que organizaron donaciones para ayudarlo con los gastos de su arribo y tratamiento, le entregaron en mano los cheques.

De acuerdo con el diario miamense El Nuevo Herald, el equipo médico a cargo de Sigler puso fin a la conversación cuando el disidente comenzó a dar muestras de cansancio. Fue conducido a una ambulancia que lo llevó al hospital.
Sigler viajó a Miami solo. En Cuba quedó su esposa, la Dama de Blanco Noelia Pedraza, quien dijo que no cree que las autoridades cubanas permitan al disidente regresar a la Isla una vez recuperado.
Pedraza realiza también los trámites para viajar a Estados Unidos, reportó EFE.
Ariel Sigler formó parte del grupo de 75 disidentes encarcelados en la primavera de 2003. Cumplía una sentencia de 20 años. Dos de sus hermanos, Guido y Miguel, fueron también condenados durante esa oleada represiva. Guido permanece en prisión y estaría entre los presos políticos que el general Castro se ha comprometido a excarcelar ante la Iglesia Católica y el gobierno español. Miguel salió de prisión en 2005 y se exilió en Estados Unidos.

domingo, 25 de julio de 2010

La Marcha de los 4 Suyos: Recuerdos de una victoria

FOTO:http://www.congreso.gob.pe/congresista/2001/lsanchez/4-suyos.htm
Fernando Yovera (periodista) y Javier Morán, dirigente del APRA
Gustavo Gorriti
 Jugaron un papel clave en la organización de la Marcha de los Cuatro Suyos. Se encargaron de la seguridad, de la logística; coordinaron la movilización de miles de personas. Carlos Bruce, Gustavo Gorriti, Fernando Yovera y Javier Morán recuerdan aquí cómo se concibió esta gesta y revelan episodios poco conocidos  de esos tres días de protesta general. 

Por Raúl Mendoza

Todo empezó el día en que Alejandro Toledo se convenció de que no había forma de ganar la segunda vuelta de las elecciones del 2000. Y no porque le faltaran votos, sino porque el fraude estaba cantado: los canales de TV estaban comprados por el fujimorismo, no se podía auditar el software electoral, se ‘mecía’ a los observadores internacionales. Toledo decidió entonces no avalar con su presencia esa elección tramposa y a partir de ese momento su entorno buscó una forma de protesta que expresara el descontento contra un régimen ilegítimo. Ese fue el germen de la “Marcha de los Cuatro Suyos”.

Una década después Carlos Bruce, coordinador general de la movilización, recuerda: “Una vez que Fujimori se reeligió como presidente, era claro que solo un movimiento mayoritario de masas podía debilitar ese régimen”. Un día, conversando con Javier Diez Canseco, surgió la idea del llamado a todas las fuerzas democráticas del país para una gran marcha hacia Lima. Así se empezó a coordinar con los partidos de la oposición, la CGTP y otros gremios, estudiantes y decenas de organizaciones nacionales. Una multitud de voluntades se echó a andar.

Considerando que a Toledo le decían –le dicen– “el Cholo” y muchas veces en el fragor de los mítines lo nombraban “Pachacutec”, era obvio que el nombre de la marcha fuera Cuatro Suyos. El periodista Gustavo Gorriti, entonces asesor de Toledo e integrante de su entorno más cercano, cuenta que esto aportó a la movilización, porque “los mejores ejemplos de protestas que tienen éxito son aquellas con una fuerte carga simbólica”. Además la voluntad de combatir al régimen flotaba en el aire. Solo eso explica, según Gorriti, que tamaña movilización de gente “se armara en poco tiempo, con una energía febril”. 

Pueblo en marcha

Desde Lima, Bruce y su grupo de trabajo se encargaron de organizar los tambos, la logística para las movilizaciones, la llegada de las delegaciones. Pero nada se hubiera hecho sin la voluntad de muchísima gente. “Se me encargó la coordinación general y conté, entre otros, con la estrecha colaboración de Javier Morán –hoy secretario general institucional del APRA– y José Luis Risco de la CGTP”. Algunos cálculos señalan que unas 200 mil personas llegaron días antes de Fiestas Patrias a la capital. Miles no pudieron porque el gobierno impidió el paso de buses, paró marchas y cerró carreteras.

El objetivo era hacerle sentir a Fujimori la protesta del país en la calle, marchar al Congreso el 28 de Julio para impedir o afectar la juramentación y, si esto fuera posible, conseguir que la dictadura se cayera. Antes, las movilizaciones de los días 26 y 27 fueron masivas, pacíficas, alentadoras: estaba la sociedad civil organizada, partidos políticos, gremios, estudiantes, ciudadanos comprometidos. “Realmente el 27 fue la gran marcha, el gran desfile. Pocas veces he visto una coalición tan intensa de gente”, dice Gorriti.

Toledo y un grupo de colaboradores cercanos –Carlos Bruce, Gustavo Gorriti, Álvaro Vargas Llosa, Fernando Yovera y algunos más– dormían por esos días en el hotel Cesar’s. Allí se planeó la mayoría de acciones de la marcha. Hoy se sabe que muchos militares colaboraron con ella, entre ellos el general Roberto Chiabra, quien concibió un  plan de acción para esos días –sobre todo el 28– cumplido solo en parte. Al hotel también llegaron las máscaras antigas que el empresario Marco Díaz compró en Estados Unidos y logró introducir por piezas en un cargamento de ropa al país. El periodista Fernando Yovera cuenta que los días previos al 28 armaron las máscaras en el ‘bunker’ toledista: “Eran unas 200 y las repartimos entre líderes nuestros y de otros partidos”.
Álvaro Vargas Llosa ha contado que se planeó tomar la Plaza de Armas antes del 28 y permanecer hasta después de la toma de mando de Fujimori. Yovera rememora que iban a aprovechar una verbena organizada por la Municipalidad de Lima –Alberto Andrade era el alcalde– para que estudiantes, obreros y militantes tomaran la plaza al final de la fiesta y acamparan ahí. “Hasta se pensó traer un tráiler para estacionarlo en la plaza, bajarle las llantas y quedarse ahí por días. Pero no se movilizó suficiente gente”.

Un día de lucha

Una vez concluida la multitudinaria marcha del 27, quedaba la jornada de lucha del 28 de Julio: había que marchar contra Fujimori y la dictadura. Muchos durmieron en la Plaza Grau o en el Paseo de los Héroes Navales. Toledo se quedó en el hotel Sheraton y de ahí salió con dirección al Congreso. Mientras tanto, la policía había puesto tres anillos de seguridad en el centro de Lima y estaba armada con una enorme cantidad de bombas lacrimógenas y vomitivas. Javier Morán, dirigente del APRA, cuenta que a las 8 de la mañana encabezó una de las primeras marchas “pero fuimos dispersados en jirón Lampa y después en Camaná”. 

Cerca de las 10 de la mañana, Toledo y un grupo de sus allegados decidieron marchar en el Paseo de los Héroes Navales.

“Apenas empezamos a caminar fuimos seguidos por un grupo grande de gente que nos rodeó y fue creciendo. Pasamos por Lampa y avanzamos hacia el Parque Universitario. Ahí la policía disparó una andanada espesísima de gases. He estado en muchas marchas, pero nunca vi una densidad de gases como esa”, recuerda Gorriti. “La potencia de las bombas era impresionante. Ni con las máscaras era posible respirar”, confirma Carlos Bruce.

Gorriti y Bruce marchaban al lado de Toledo y la máscara de este no funcionó. Tuvieron que retirarlo porque se ahogaba. Se ha dicho que infiltrados le quitaron los filtros a la máscara, pero puede que solo fuera un error de la organización. “La marcha se fue formando, dispersando, agrupando en varios sectores. Hicimos dos mítines en la Plaza San Martín, pero fuimos dispersados con bombas lanzadas por policías desde el techo del Jurado Nacional de Elecciones”, cuenta Gorriti. En distintos momentos también estuvieron presentes líderes opositores como Jorge del Castillo, Carlos Ferrero, Gloria Helfer, Valentín Paniagua y Víctor Delfín.
A las 2 de la tarde la policía tenía el control del centro de Lima, pero sorprendentemente a esa hora empezó el incendio del Banco de la Nación, con un saldo de seis muertos. “Había grupos de gente lumpen organizada para generar destrozos y desvirtuar la protesta. Actuaban de manera impune y sin ningún control de la Policía”, recuerda Javier Morán. Sobre este vandalismo extraño, Gustavo Gorriti reunió en los días siguientes material fílmico que demostraba una verdad gigante: cuando la marcha era pacífica la policía la dispersaba con gases, y cuando arremetían los vándalos la policía retrocedía y les dejaba el campo libre. Toledo deslindó el mismo día con esa violencia.

Evaluación y balance  
La noche del 28 de Julio se rumoreó que los organizadores iban a ser detenidos. Toledo, Bruce y Álvaro Vargas Llosa pasaron a la clandestinidad. En la madrugada Gorriti y Yovera recibieron en el César’s la visita de diplomáticos argentinos ofreciendo asilo para el “Cholo”. “Era parte de lo que quería el fujimorato para luego culparnos de las muertes y de haber huido”, explica Gorriti. Pero nadie se asiló y en los días siguientes confrontaron las acusaciones de terrorismo que agitaba el oficialismo. “Solo dos periodistas aceptaron entrevistarme: Jaime de Althaus y Beto Ortiz”, cuenta Bruce. El programa de Althaus también mostró el material preparado por Gorriti sobre el accionar policial respecto a los vándalos. Ahí el gobierno retrocedió en el empeño de criminalizar la protesta.

Sin embargo, el 29 de julio del 2000 traería sorpresas. Ese día el gobierno decidió abandonar la avenida Brasil como tradicional escenario de la parada militar y hacerlo a puertas cerradas, dentro de las instalaciones del Pentagonito. “En ese momento las calles eran nuestras y al ceder ese espacio sabíamos que la dictadura estaba derrotada. Para decirlo con una frase antigua: llevaban el perdigón bajo el ala”, cuenta Gorriti. En efecto, la dictadura había sido herida y apenas mes y medio después, con el video Kouri-Montesinos, empezaría a derrumbarse.

¿Cuál es la reflexión diez años después? “Ahora sabemos de lo que era capaz el fujimontesinismo y, visto en perspectiva, arriesgamos mucho. Hubiera pensado que un régimen así no volvería a instalarse en el Perú, pero veo cómo se reciclan e intentan volver al poder. Hay que estar alertas”, dice Bruce. Según Gustavo Gorriti, con Toledo se creció como nación, se logró buenas cifras macroeconómicas, pero la lucha anticorrupción no fue todo lo buena que debió ser. “Lo que era una gran posibilidad terminó convertida en una realidad mediocre”. Dice más Gorriti: hoy con Alan García se ha retrocedido mucho en el aspecto democrático y otra vez, como en el año 90, nos ha puesto ante el peligro del resurgimiento autoritario.
FUENTE: http://www.larepublica.pe/archive/all/domingo/20100725/22/node/280177/todos/1558

Llegan a Madrid los últimos cinco ex presos cubanos cuya liberación había anunciado la Iglesia Católica


s últimos cinco ex presos políticos cubanos cuya liberación por las autoridades de la isla y viaje a España había anunciado el Arzobispado de La Habana llegaron este mediodía a Madrid, por lo que son ya 20 los disidentes que España ha acogido y a los que se conferirá el estatus de protección internacional asistida.

MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Los últimos cinco ex presos políticos cubanos cuya liberación por las autoridades de la isla y viaje a España había anunciado el Arzobispado de La Habana llegaron este mediodía a Madrid, por lo que son ya 20 los disidentes que España ha acogido y a los que se conferirá el estatus de protección internacional asistida.
El primero en llegar fue Jesús Mustafá Felipe, miembro del Moviento Cristiano de Liberación y que fue condenado a 25 años de cárcel, que llegó en un vuelo regular de Air Europa al aeropuerto de Madrid-Barajas.
Poco después aterrizaron procedentes de La Habana en un vuelo de Iberia los otros cuatro ex presos. Se trata de Blas Giraldo Reyes Rodríguez, condenado a 25 años y director de la biblioteca independiente '20 de mayo'; Jorge Luis González Tanquero (20 años), miembro del movimiento independentista Carlos Manuel de Céspedes; José Ubaldo Izquierdo Hernández (16 años), periodista independiente, y Antonio Ramón Díaz Sánchez (20 años), miembro del Movimiento Cristiano Liberación.
Todos ellos, junto con los familiares que les han acompañado, han sido trasladados a un centro de acogida en Madrid, a la espera de su eventual traslado a otros centros en la geografía española gestionados por las tres ONG que se están haciendo cargo de la situación de todos ellos tras llegar a España: Cruz Roja Española, Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y ACCEM.
La semana pasada llegaron en distintos días once de los presos de la Primavera Negra cuya excarcelación había anunciado el Arzobispado de La Habana tras dar a conocer el 7 de julio que el régimen de Raúl Castro pondría en libertad a los 52 de los 75 detenidos en marzo de 2003 que todavía seguián en prisión en los próximos tres meses. Esta semana llegaron los nueve restantes, los cinco últimos este viernes.
Algunos de los ex presos ya han sido reubicados en otras ciudades. Así, hasta Málaga han llegado Pablo Pacheco Avila, Omar Ruiz Hernández y Luis Milán Fernández, mientras que José Luis García Paneche se encuentra ya en Cullera (Valencia) y Léster González Pentón en Sigüenza (Guadalajara). Por otra parte, parte de la familia de Antonio Villareal ha sido trasladada a Logroño, pero éste sigue en la capital a la espera de poder viajar a Estados Unidos.
Por otra parte, el Gobierno de Chile ha anunciado su intención de acoger en su territorio a uno de los ex presos llegados hoy a Madrid. Se trata de José Ubaldo Izquierdo.

domingo, 18 de julio de 2010

España: llegan otros 2 disidentes cubanos


Se trata de Normando Hernández (40) y de Omar Rodríguez (44). Se espera el arribo de dos liberados más al país ibérico este jueves.

Normando Hernández fue condenado a 25 años de cárcel por el régimen castrista. (AP)
Dos ex presos políticos cubanos llegaron hoy al aeropuerto de Madrid,sumándose a los siete de la víspera, todos ellos parte de los 52 disidentes que el régimen de La Habana decidió liberarOtros dos llegarían al país ibérico este jueves.
Se trata de los periodistas Normando Hernández (40), condenado a 25 años de cárcel, y Omar Rodríguez (44), director de la Agencia Nueva Prensa ycondenado a 27 años de cárcel.
Del aeropuerto de Barajas, Hernández y Rodríguez fueron trasladados a un hostal en un barrio de las afueras de Madrid donde también se encuentran los siete disidentes cubanos que llegaron ayer al país europeo. Allí, la Cruz Roja revisará su estado de salud.
De otro lado, miembros del gobierno español iniciarán los trámites para que los liberados obtengan los permisos de residencia y de trabajo.Colaboradores de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) los ubicarán en un alojamiento en Madrid u otra ciudad española.
Del total de 52 que serán liberados, 20 aceptaron ir a España, mientras queotros países también se han ofrecido a acogerlos. Está previsto que el jueves lleguen a España otros dos ex presos políticos, Luis Milán (40) y Mijail Bárzaga (43).


Los siete presos políticos cubanos llegan a España




El primer grupo de seis presos políticos cubanos excarcelados por el régimen de Raúl Castro ha llegado a Madrid alrededor de las 13.00 horas. Una hora después ha aterrizado el séptimo disidente en un segundo avión. Son Ricardo González, Léster González, Omar Ruiz, Antonio Villarreal, Julio César Gálvez, José Luis García Paneque y Pablo Pacheco, integrantes del Grupo de los 75 opositores al régimen cubano condenados a penas de hasta 28 años en la llamada Primavera Negra de 2003.
Julio César Gálvez ha leído un comunicado en nombre de todos en el que se han presentado como "la avanzada de un grupo mayor de prisioneros de conciencia que acaba de tomar tierra después de siete años de cautiverio". Ha recordado a los que se han quedado en Cuba, especialmente a los presos que han decidido no dejar la isla -seis hasta el momento, según la Iglesia cubana-, a quienes les ha deseado que disfruten de la misma libertad que tienen ellos ahora.
Miguel Ángel Moratinos ha confirmado que otros tres disidentes cubanos excarcelados llegarán mañana a Madrid acompañados por sus familias. Se trata de Omar Rodríguez, Normando Hernández y Luis Milán. Viajarán esta tarde desde La Habana hacia la capital en vuelo regular. Además, un cuarto preso, del que se desconoce su identidad, llegará el jueves.
Otro de los excarcelados, Ricardo González, ha contado que la palabra "cambio" recorre Cuba. "Para mí, éste comienza con libertad, no solo la nuestra y de nuestros compañeros, sino la de todos los ciudadanos. "Cuando hay unanimidad de criterio, no hay criterio" ha proclamado González, que ha insistido en que "Cuba merece la democracia", en la que caben todas las tendencias.
"Tenemos la certeza de que dada la seriedad de la Iglesia y del Gobierno español, todos los presos de conciencia serán liberados", ha explicado González, para quien el exilio es "una prolongación de la lucha". Todos han recordado a Orlando Zapata,fallecido el 24 de febrero de 2010, a Guillermo Fariñas, que pasó 135 días en huelga de hambrepara pedir la excarcelación, a las Damas de Blanco, al exilio y a la Iglesia cubana, cuyo apoyo, junto al acompañamiento del Gobierno español, ha hecho posible su libertad. Antes de marcharse, González ha felicitado a la selección y a los aficionados por el triunfo de España en el Mundial de fútbol, y se ha despedido haciendo la señal de la victoria con los dedos. Se desconoce de momento donde fijarán su residencia cada uno de ellos, que cuentan con el apoyo del Gobierno y la Cruz Roja si deciden establecerse en España.
Un lunes de infarto
Anoche, los siete presos fueron trasladados desde la principal cárcel de la capital al aeropuerto, donde se encontraron con sus familias, fueron entrevistados por personal del Consulado español y solicitaron formalmente el visado. El objetivo de este trámite es comprobar que no se trata de una deportación, sino que su salida del país es voluntaria. Todo ello ocurría mientras, después de cuatro años de ausencia, Fidel Castro reaparecía en un programa de televisión para analizar "los peligrosos acontecimientos en Oriente Próximo".
Fue un programa grabado con anterioridad, de aproximadamente hora y media, a modo de entrevista con participación de un periodista y dos académicos. El ex mandatario, que en agosto cumplirá 84 años, habló sobre una posible guerra en Irán, que consideró "el mayor desafío de la administración Obama". Se le vio lúcido y bien de salud, aunque muy delgado. Desde 2007 Fidel Castro no concedía ninguna entrevista a la televisión cubana.
La tramitación de los documentos de viaje de los presos se hizo a toda prisa. Los opositores han viajado a Madrid en vuelos regulares de Air Europa e Iberia acompañados por 26 familiares.
Tres disidentes políticos más serán excarcelados próximamente
La Iglesia Católica cubana informó ayer que otros tres presos serán excarcelados y próximamente viajarán a España, con lo que ya son 20 los autorizados a salir del país. La líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, explicó que de los 26 prisioneros políticos consultados hasta el domingo por la Iglesia, 20 se han manifestado dispuestos a salir de Cuba mientras que otros "seis han planteado que no, que se quedan en su Patria". Todavía no se sabe que ocurrirá con ellos.
El presidente cubano, Raúl Castro, se comprometió el 7 de julio con el cardenal Jaime Ortega y el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, a excarcelar a los 52 presos de conciencia del Grupo de los 75 que quedan en la cárcel, siempre y cuando España los recibiera. Según el acuerdo, los familiares de los presos podrán regresar a Cuba libremente y no perderán vivienda ni propiedades, mientras que los ex reclusos deberán obtener una autorización para volver, explicó Moratinos.

sábado, 17 de julio de 2010

Atentado terrorista de Tarata de cara al 2011


Tras 18 años de aquel atentado no podemos olvidar las miles de víctimas que dejó el terrorismo, quienes perdieron la vida para lograr la paz
El 16 de julio de 1992 el sangriento atentado terrorista de la calle Tarata, en Miraflores, fue la última escalada delincuencial de Sendero Luminoso. El repudio hacia los subversivos era ya generalizado por los horrendos crímenes perpetrados en la zona andina contra dirigentes rurales, ronderos, campesinos, mujeres, niños y fuerzas del orden.

Entre enero y julio de 1992 los terroristas habían perpetrado 37 atentados en Lima Metropolitana, usando carros-bomba. En febrero de ese año, además, las hordas de Abimael Guzmán asesinaron a la lideresa popular María Elena Moyano, en Villa El Salvador, frente a sus dos pequeños hijos para luego dinamitar su cuerpo, simplemente por haberse atrevido a convocar una marcha de mujeres por la paz en ese populoso distrito. Visto estaba que el odio senderista era contra quienes no comulgaban con su criminal ideología, más allá de su condición o clase social.

La noche del 16 de julio de hace 18 años los seguidores de Guzmán hicieron estallar dos carros-bomba con 500 kilos de anfo en la concurrida calle Tarata. Veinticinco personas murieron, en tanto que los heridos fueron más de 155. Vanessa Quiroga, por entonces una niña de casi 5 años, perdió una pierna en el atentado y hace casi un mes, en entrevista concedida a este Diario, recordó cómo su madre, en medio del caos, los gritos y el fuego, encontró su extremidad a dos cuadras de distancia de la explosión.

En Tarata muchos perdieron a sus seres queridos y los daños materiales se contabilizaron en millones. La conmoción nacional e internacional fue profunda. El doctor Oswaldo Cava Gárate —quien perdió a su hijo Pedro de 27 años— invocó a rezar el rosario por la pacificación y unión de los peruanos, y a usarlo como el arma más poderosa contra Guzmán. Hoy integra el grupo In Memóriam Tarata que cada 16 de julio organiza el rosario por la paz.

Tras el atentado, el gobierno de Alberto Fujimori reaccionó con mayor firmeza y rapidez frente a lo que se consideró una señal de arrogancia y demostración de poder de la cúpula senderista en su empeño de destruir el Estado.

Una articulada labor de los grupos policiales de Inteligencia, al mando del general Ketín Vidal, logró en los pocos meses siguientes la captura de Abimael Guzmán y los principales miembros de su banda criminal, con lo que se propició la derrota militar y política de Sendero Luminoso, y luego del MRTA.

Tras 18 años de aquel atentado no podemos olvidar las miles de víctimas que dejó el terrorismo, a lo largo y ancho del país, con el sacrificio de policías, militares, ronderos, campesinos e indígenas, que perdieron la vida en esta cruzada por la paz. Fue acertada la reacción de las autoridades para promover las deserciones de algunos cabecillas terroristas, a través de la ley de arrepentimiento, así como otras modificaciones a la legislación antiterrorista que permitieron grandes avances en la erradicación de ese flagelo.

Son lecciones que debemos tener presentes cuando algunos grupúsculos terroristas, en el VRAE y centros urbanos de Ayacucho y Lima, pretenden resucitar las tesis senderistas, exigir absurdamente la amnistía para los subversivos que desangraron el país y enmascararse a través de grupos políticos para participar en elecciones propias de una democracia que ellos trataron de destruir.

De cara a las elecciones, urge un consenso nacional para rechazar esas pretensiones con una estrategia integral. Esta debe incluir la denuncia de la infiltración en movimientos regionales y estudiantiles y proponer alternativas coherentes con la democracia. No debe descuidarse la estrategia policial, de inteligencia e interdicción para capturar a los cabecillas remanentes, hoy tan ligados al narcotráfico. El desarrollo en democracia, justicia y paz es absolutamente incompatible con la consigna de muerte y destrucción que propugna el senderismo, como nos lo recuerda por estos días Tarata.

domingo, 11 de julio de 2010

¿Terroristas en la Universidad San Marcos (Perú)?


San Marcos en la década de los 80s.Foto:http://lacombi.wordpress.com/2009/05/08/el-cuento-del-odio-y-de-la-muerte/

 El mito del terruco sanmarquino


Por Rocío Silva Santisteban


Quién era el perfecto terrorista durante los años 80 en el Perú? No necesariamente un hombre blanco, fuerte, alto, corpulento, relativamente bienparecido, de buen castellano y ademanes caballerescos, sin lentes y con la barba siempre cabalmente afeitada como me dicen que fue Julio Casanova u Osmán Morote durante sus épocas universitarias. Al contrario: el paradigma máximo del terruco era un estudiante retaco, moreno, de pelo negro y apelmazado, de lentes y camisa a cuadros, chompita beige tejida a palito, y pantalón de gabardina lustroso, que además portara una mochila incaica con un libro rojo en el interior. Así se imaginaban los policías, los militares, la prensa y las madres angustiadas de las cachimbas de letras al sanmarquino que profesaba ideas políticas extremistas.
Tener un carnet universitario de San Marcos o de cualquier otra universidad pública en esos días equivalía a que eras el primero que la policía bajaba del micro para registrarte hasta el último centímetro de tu bolsillo raído o, en el peor de los casos, llevarte directamente a la Dincote como sospechoso de lo que sea, aun cuando fueras el más nerd de las clases de literatura, que sólo leía a Homero y no sabía de otro Marx más que de Groucho. Muchos de esos muchachos estudiantes de ingeniería que solían hundirse entre sus reglas T y sus calculadoras Cassio terminaron encarcelados, torturados y algunas veces asesinados, solo por tener un carnet universitario. En la Universidad Nacional del Centro durante los años 1989 y 1993 desaparecieron 100 estudiantes: los culpables aún no pagan por esos asesinatos.
Por eso mismo, que tres periódicos le dediquen sus carátulas a una supuesta “toma de San Marcos” por un grupo de 30 personas que salieron a corear vítores a Abimael Guzmán en el patio de Ciencias Sociales es no solo el clásico elemento mediático que servirá de plataforma a la alicaída campaña de Keiko, sino una manera de alentar, fomentar y azuzar un miedo sinsentido y un estereotipo deleznable. Basta ya del mito del terruco sanmarquino. Desde sus inicios la UNMSM no solo ha sido “nido de inquietudes, plaza de victorias”, como escribiera Juan Gonzalo Rose, sino que hoy por hoy es una de las pocas universidades nacionales que está a la vanguardia del pensamiento intelectual con sus escasísimas rentas y a la cabeza de una lucha por la memoria histórica como lo demuestra el Congreso Internacional de Estudiantes de Historia sobre Violencia Política, Narcotráfico y DDHH que han organizado los sanmarquinos con la presencia de sus pares latinoamericanos.
Eso no implica, por supuesto, dejar pasar a estos grupos sin pararlos frontalmente, sin dejar en claro que la mayoría de la universidad no quiere dejarse abrumar por un discurso marxista de utilería. Basta de indiferencia: sanmarquino/a, defiende tu universidad de la pasividad y del extremismo. El daño que le causaron a San Marcos las luchas políticas intestinas es casi tan parecido al que ahora le están causando los aquelarres burocráticos para mantenerse en el poder. Una intervención en la UNMSM no haría otra cosa sino demostrar que hay alianzas insospechadas dentro de los claustros universitarios: apro-fujimoristas-senderistas. Como señala un comunicado de profesores de CCSS: “La historia reciente de violencia y muerte en el país y su impacto nefasto en la universidad exige de nosotros una denuncia directa de esta triple alianza política”.
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