lunes, 19 de enero de 2009
A 20 AÑOS DE LA MASACRE COMUNISTA EN TIAN'ANMEN (CHINA)
"Ahora estamos listos para enfrentar la muerte, y no queremos que usted sea parte de esto: por favor, váyase". La estudiante le hizo el pedido a un periodista extranjero que cubría las protestas multitudinarias que, con cientos de miles de estudiantes a la cabeza, habían estallado en China. La noche había caído sobre Pekín y el cielo amenazaba tormenta. El ruido de tanques avanzando sobre la Plaza de Tiananmen anunció la masacre.En la madrugada del 3 al 4 de junio de 1989, el gobierno central chino daba la orden para reprimir. Después de casi 20 años, nadie conoce los números con exactitud. Dicen que fueron 2.000 muertos, 2.500 o 5.000. Y se habla de miles de heridos y miles de detenidos. Oficialmente hubo un solo informe, al mes de los hechos, que reconoció 200 muertos, algunos de ellos "manifestantes que merecían el castigo", según el documento.Se sabe, sí, que la masacre de Tiananmen sigue siendo el mayor tema tabú de la sociedad china. Pocos hablan. Unos 300, porque siguen en prisión. Una gran mayoría, porque prefiere callar.Para los oficialistas, fue el aborto de una estrategia contrarrevolucionaria que ponía en peligro el sistema comunista. En términos generales, los demás piensan Tiananmen como "la oportunidad perdida" o la noche que se perdió la posibilidad de llevar la democracia a China. La foto de un hombre solo enfrentando a los tanques está inscripta en la memoria colectiva.Pero hubo una secuencia, que comenzó el 22 de abril de 1989, durante los homenajes fúnebres del viejo líder Hu Yaobang, caído en desgracia por "demasiado liberal".
Entonces, miles de estudiantes salieron a pedirle reformas al gobierno de Deng Xiaoping y Li Peng. Cinco días después, un editorial del oficialista Diario del Pueblo estigmatizaba a los jóvenes "agitadores".Para entonces, los estudiantes ya eran acompañados por sus profesores, que comenzaron a salir a la calle. ¿Los pedidos? Terminar con la corrupción, los manejos ilícitos de los funcionarios, la injusticia social y permitir la libertad de prensa, de opinión y de reunión. Uno de los líderes de la revuelta, Wuer Kaixi —huyó luego de la protesta y hoy vive en Taiwán— le señaló a la BBC que buscaban promover la democracia en China. "Queríamos una organización similar al sindicato Solidaridad en Polonia", explicó.El gobierno no estaba dispuesto a permitir la disidencia política, aunque la apertura económica había empezado unos 10 años antes. Movilizados, sintiéndose héroes, cientos de estudiantes iniciaron el 13 de mayo una huelga de hambre, en una pulseada contra las autoridades del Partido Comunista. Dos días después llegó a Pekín el líder soviético Mijail Gorbachov, y las cámaras del mundo fijaron su foco en la plaza de la capital, que concentra los museos de la revolución del 49 y el mausoleo de Mao. La presión hervía en la sangre de la dirigencia más ortodoxa.Entonces, obreros y trabajadores de todo tipo se habían sumado a la vanguardia estudiantil en sus reclamos. El 19 de mayo, el secretario general del Partido Comunista, Zhao Ziyang, apareció en la plaza Tiananmen, megáfono en mano, instando a los jóvenes a volver a casa. Al día siguiente el gobierno instauró la ley marcial.Los hechos se precipitaron dramáticamente. Nunca más nadie vio en público a Zhao, quien también cayó en desgracia por "blando". Hoy, con 84 años, sigue en arresto domiciliario."Somos sus hermanos, regresen al cuartel" comenzaron a gritar los manifestantes cuando los primeros 100 mil soldados llegaron con el objeto de "disuadir" las concentraciones. Luego vinieron los 500 tanques. El resto es muerte.En rigor, qué ironía, no hubo masacre en Tiananmen. La plaza había sido vaciada a la fuerza. El fuego de los tanques y el frío de las bayonetas sobre el pecho de los manifestantes llegaron de madrugada, con lluvia, y en las calles aledañas.
Hinde Pomeraniec.
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