El organismo, que se enfrenta a la negativa de Rusia y China, dijo que hay que proteger a la población civil.
Foto: EFE
Imagen general de la reunión de Consejo de Seguridad, en la sede la ONU en Nueva York, EE.UU
La alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navy Pillay, pidió este lunes en la Asamblea General que la comunidad internacional actúe "urgentemente" para proteger a la población civil en Siria de los ataques "sistemáticos" del régimen de Bachar al Asad.
"Todos y cada uno de los miembros de la comunidad internacional deben actuar ahora para proteger urgentemente a la población siria", dijo Pillay, quien aseguró que la ONU sigue sin poder actualizar en estos momentos la cifra de fallecidos por la represión en Siria y que el pasado enero situó en más de 5.400 muertos.
Además, lamentó la falta de acción del Consejo de Seguridad sobre la situación en Siria y aseguró que la Liga Árabe sí ha respondido "con determinación" para frenar la violencia, por lo que animó a los Estados miembros de Naciones Unidas a que apoyen los esfuerzos de esa organización regional.
"Cuanto más tarde la comunidad internacional en tomar acciones, más sufrirá la población civil con las innumerables atrocidades que se cometen en su contra", dijo Pillay, quien afirmó que las autoridades sirias siguen adelante con su campaña de "disparar para matar" contra los manifestantes.
La represión continúa, además, con una "campaña masiva de arrestos", que ha llevado a la"detención arbitraria de miles de manifestantes y activistas" y también a la "desaparición forzada" de muchos de esos detenidos, según la alta comisionada.
Además denunció "el uso sistemático y extendido de torturas" en los centros de interrogación y detención de las fuerzas de seguridad, a las que acusó también de episodios de "violencia sexual" y de dirigir la represión también a los menores, ya quese estima que unos 400 niños han muerto desde el inicio de la represión hace 11 meses.
Las cifras presentadas por Pillay, quien insistió en que no han podido ser actualizadas,aseguran que en 2011 la represión en Siria se cobró más de 5.400 fallecidos, "entre manifestantes y militares que se negaron a matar a los manifestantes" y, además, todavía hay 18.000 personas detenidas por el régimen.
La alta comisionada reiteró que su oficina ha concluido que, desde marzo de 2011, cuando se iniciaron las protestas contra el régimen de Al Asad, se han producido "crímenes contra la humanidad" en Siria y animó de nuevo al Consejo de Seguridad a referir estos casos a la Corte Penal Internacional (CPI), al tiempo que alertó de la difícil situación que atraviesa la ciudad de Homs.
"Todos los Estados miembros (de la ONU) deben dejar claro al Gobierno sirio que la violencia debe acabar ahora", aseguró Pillay, quien recordó a los 193 países del organismo que "los crímenes continúan" mientras se encuentran reunidos para analizar la situación en el país árabe.
Pillay participó este lunes en una sesión especial de la Asamblea General de la ONU sobre la situación en Siria, reclamada por varios países árabes, quienes trabajan en un proyecto de resolución que se presentará en ese órgano para condenar al régimen sirio y apoyar los esfuerzos de la Liga Árabe.
Siria, apoyada por Irán y Corea del Norte, se opuso formalmente a la celebración de la reunión de la Asamblea General y particularmente a la presencia de Pillay, ya que, según subrayó su embajador ante la ONU, Bashar Jafari, representa "una clara violación" del funcionamiento de ese órgano.
"Todos y cada uno de los miembros de la comunidad internacional deben actuar ahora para proteger urgentemente a la población siria", dijo Pillay, quien aseguró que la ONU sigue sin poder actualizar en estos momentos la cifra de fallecidos por la represión en Siria y que el pasado enero situó en más de 5.400 muertos.
Además, lamentó la falta de acción del Consejo de Seguridad sobre la situación en Siria y aseguró que la Liga Árabe sí ha respondido "con determinación" para frenar la violencia, por lo que animó a los Estados miembros de Naciones Unidas a que apoyen los esfuerzos de esa organización regional.
"Cuanto más tarde la comunidad internacional en tomar acciones, más sufrirá la población civil con las innumerables atrocidades que se cometen en su contra", dijo Pillay, quien afirmó que las autoridades sirias siguen adelante con su campaña de "disparar para matar" contra los manifestantes.
La represión continúa, además, con una "campaña masiva de arrestos", que ha llevado a la"detención arbitraria de miles de manifestantes y activistas" y también a la "desaparición forzada" de muchos de esos detenidos, según la alta comisionada.
Además denunció "el uso sistemático y extendido de torturas" en los centros de interrogación y detención de las fuerzas de seguridad, a las que acusó también de episodios de "violencia sexual" y de dirigir la represión también a los menores, ya quese estima que unos 400 niños han muerto desde el inicio de la represión hace 11 meses.
Las cifras presentadas por Pillay, quien insistió en que no han podido ser actualizadas,aseguran que en 2011 la represión en Siria se cobró más de 5.400 fallecidos, "entre manifestantes y militares que se negaron a matar a los manifestantes" y, además, todavía hay 18.000 personas detenidas por el régimen.
La alta comisionada reiteró que su oficina ha concluido que, desde marzo de 2011, cuando se iniciaron las protestas contra el régimen de Al Asad, se han producido "crímenes contra la humanidad" en Siria y animó de nuevo al Consejo de Seguridad a referir estos casos a la Corte Penal Internacional (CPI), al tiempo que alertó de la difícil situación que atraviesa la ciudad de Homs.
"Todos los Estados miembros (de la ONU) deben dejar claro al Gobierno sirio que la violencia debe acabar ahora", aseguró Pillay, quien recordó a los 193 países del organismo que "los crímenes continúan" mientras se encuentran reunidos para analizar la situación en el país árabe.
Pillay participó este lunes en una sesión especial de la Asamblea General de la ONU sobre la situación en Siria, reclamada por varios países árabes, quienes trabajan en un proyecto de resolución que se presentará en ese órgano para condenar al régimen sirio y apoyar los esfuerzos de la Liga Árabe.
Siria, apoyada por Irán y Corea del Norte, se opuso formalmente a la celebración de la reunión de la Asamblea General y particularmente a la presencia de Pillay, ya que, según subrayó su embajador ante la ONU, Bashar Jafari, representa "una clara violación" del funcionamiento de ese órgano.