domingo, 11 de julio de 2010

¿Terroristas en la Universidad San Marcos (Perú)?


San Marcos en la década de los 80s.Foto:http://lacombi.wordpress.com/2009/05/08/el-cuento-del-odio-y-de-la-muerte/

 El mito del terruco sanmarquino


Por Rocío Silva Santisteban


Quién era el perfecto terrorista durante los años 80 en el Perú? No necesariamente un hombre blanco, fuerte, alto, corpulento, relativamente bienparecido, de buen castellano y ademanes caballerescos, sin lentes y con la barba siempre cabalmente afeitada como me dicen que fue Julio Casanova u Osmán Morote durante sus épocas universitarias. Al contrario: el paradigma máximo del terruco era un estudiante retaco, moreno, de pelo negro y apelmazado, de lentes y camisa a cuadros, chompita beige tejida a palito, y pantalón de gabardina lustroso, que además portara una mochila incaica con un libro rojo en el interior. Así se imaginaban los policías, los militares, la prensa y las madres angustiadas de las cachimbas de letras al sanmarquino que profesaba ideas políticas extremistas.
Tener un carnet universitario de San Marcos o de cualquier otra universidad pública en esos días equivalía a que eras el primero que la policía bajaba del micro para registrarte hasta el último centímetro de tu bolsillo raído o, en el peor de los casos, llevarte directamente a la Dincote como sospechoso de lo que sea, aun cuando fueras el más nerd de las clases de literatura, que sólo leía a Homero y no sabía de otro Marx más que de Groucho. Muchos de esos muchachos estudiantes de ingeniería que solían hundirse entre sus reglas T y sus calculadoras Cassio terminaron encarcelados, torturados y algunas veces asesinados, solo por tener un carnet universitario. En la Universidad Nacional del Centro durante los años 1989 y 1993 desaparecieron 100 estudiantes: los culpables aún no pagan por esos asesinatos.
Por eso mismo, que tres periódicos le dediquen sus carátulas a una supuesta “toma de San Marcos” por un grupo de 30 personas que salieron a corear vítores a Abimael Guzmán en el patio de Ciencias Sociales es no solo el clásico elemento mediático que servirá de plataforma a la alicaída campaña de Keiko, sino una manera de alentar, fomentar y azuzar un miedo sinsentido y un estereotipo deleznable. Basta ya del mito del terruco sanmarquino. Desde sus inicios la UNMSM no solo ha sido “nido de inquietudes, plaza de victorias”, como escribiera Juan Gonzalo Rose, sino que hoy por hoy es una de las pocas universidades nacionales que está a la vanguardia del pensamiento intelectual con sus escasísimas rentas y a la cabeza de una lucha por la memoria histórica como lo demuestra el Congreso Internacional de Estudiantes de Historia sobre Violencia Política, Narcotráfico y DDHH que han organizado los sanmarquinos con la presencia de sus pares latinoamericanos.
Eso no implica, por supuesto, dejar pasar a estos grupos sin pararlos frontalmente, sin dejar en claro que la mayoría de la universidad no quiere dejarse abrumar por un discurso marxista de utilería. Basta de indiferencia: sanmarquino/a, defiende tu universidad de la pasividad y del extremismo. El daño que le causaron a San Marcos las luchas políticas intestinas es casi tan parecido al que ahora le están causando los aquelarres burocráticos para mantenerse en el poder. Una intervención en la UNMSM no haría otra cosa sino demostrar que hay alianzas insospechadas dentro de los claustros universitarios: apro-fujimoristas-senderistas. Como señala un comunicado de profesores de CCSS: “La historia reciente de violencia y muerte en el país y su impacto nefasto en la universidad exige de nosotros una denuncia directa de esta triple alianza política”.

EN DEFENSA DE SAN MARCOS.

JUAN  PABLO CONTRERAS  TAYPE *


 La  presencia de la Universidad  de  San Marcos  en la vida publica  resulta  casi siempre  un tema de apasionante  debate.  Vinculada  a la  vida política  del país  desde  antes  de la fundación  de la Republica,  San Marcos dará  siempre que  hablar.  Durante  los años  de la lucha  anti-colonial San Marcos  fue  el centro de mayor desarrollo  del pensamiento  liberal  criollo con la difusión  de los libros de  Voltaire  y la Enciclopedia.  Allí estudiaron  figuras  como  Faustino  Sánchez Carrión,  el mas  alto  representante  del liberalismo  republicano,  opuesto  al régimen  virreynal; y junto  a  ellos  los  padres de la primera Constitución  de  1823.
 En  algún tiempo  fue  Rector de esta  casa  de  estudios   el religioso  chachapoyano Toribio Rodríguez de Mendoza, formador  de los cuadros liberales  anticoloniales  mas  importantes  en  el Real Convictorio de San Carlos, antigua  sede  ubicada  hoy  frente  al  Parque universitario. En los  años  anteriores  a  la  infausta  Guerra  con Chile  estudiaron  en San Marcos  personalidades  de la talla  de José  Gálvez, Manuel Pardo,  Manuel  García  Calderón, Riva Agüero,  Víctor  Andrés Belaúnde,  la llamada  Generación de  1905,  entre  otros.

Durante   el  siglo XX  pasaron por  sus aulas  César  Vallejo,  Haya  de La Torre,  Manuel Porras  Barrenechea, Jorge  Basadre,  Pablo  Macera,  Juan  Gonzalo  Rose,   Cesar  Calvo, Cesar Guardia Mayorga,  los   Salazar Bondy,   etc.   en general personalidades  de las mas diferentes  corrientes  ideológicas, filosóficas  y políticas  haciendo  eco de la  diversidad  del  pensamiento, la libertad  de  las  ideas,  propios  de  un  recinto  universitario.  

Porque    la libertad  fue  un  principio  político  - jurídico  hondamente  adherido  en la formación  de sus estudiantes, los  sanmarquinos  sufrieron  las  arremetidas  de  las dictaduras  mas  primitivas  de  nuestra  historia  republicana  y  el odio  de  las oligarquías  vendidas  al poder internacional, lo  cual llevo  a  que  sucesivamente  fuera  clausurada  o intervenida  por  diversos  gobiernos,   civiles y militares.    Unas  veces por Sánchez  Cerro,  Manuel  Odria,   Velasco, Morales  Bermúdez, García  Pérez  y  últimamente por el ahora  sentenciado Alberto Fujimori. 

Recuerdo que  una  madrugada   del  13 de  febrero de  1987 (1er- gbno. de García  Pérez)  San  Marcos  fue intervenida  por  el Ejercito  y la policía, provocando la  detención  de  decenas  de estudiantes.  Esa misma fecha  se intervino la UNI y La Cantuta.  El  pretexto  fue  que  en las  viviendas universitarias   se refugiaban los mandos  del MRTA Y  del PCP  o que en  ellas  se ocultaba  armamento de  estas organizaciones.  Hecho   el  registro  de  las viviendas  se  encontraron solo  libros, cuadernos, alimentos,  entre  otras prendas personales. Pese  a  ello   fuimos detenidos  y maltratados  físicamente  hasta que la  multitudinaria  movilización universitaria de los días siguientes   logro  abrir  las puertas de Seguridad de  Estado  y  de la DINCOTE.  Conclusión. Mucha  bulla  para  poco resultado.  Fiasco total  de  García Pérez.

 En los  90  Fujimori  repitió  el  libreto  sin resultado  alguno.   Esta  vez, tropas del ejercito  acantonadas  en  la  misma universidad  ingresaban  a las  aulas,  detenían  alumnos  en los pasillos  incluso  interrogaban  a  docentes  en la  Facultad de  Derecho  y Ciencias  Políticas,   sin  tener  competencia  alguna. Al  final,   la intervención fujimorista  solo  sirvió para ahondar la ya pesada  crisis  de la mas importante Universidad  de América del Sur, porque  este gobernante  jamás  supo  que  hacer  con la universidad pública en  general.   Definitivamente, pese  a haber  ejercido la docencia universitaria nada hizo  Fujimori  para  relanzar  la universidad.   Postrada  económicamente  y sin mayor  atención del Estado,  San Marcos  languideció  condenada  a su propia  suerte.  Este escenario  fue aprovechado por  el  PCP  y  el MRTA,   con  el terreno  abierto tras  el descalabro de  las fuerzas  progresistas  de  la izquierda de aquellos  años.  Perdimos  quienes utilizábamos  las  armas  de  la  política  frente  a quienes postulaban  la  política de las armas.
 El  menosprecio   de  las  clases dominantes  contra  el pensamiento libre  y/o progresista,  y la  radicalidad  juvenil    no parece  tener  fin.  Sostener  que  San Marcos fue  o  sigue  siendo  nido  de  senderistas  es  una  afirmación  que no  resiste el menor  análisis. Es  en  verdad  una  afirmación  deleznable,  primitiva,   lamentable.   Ningún  intelectual  serio,   aun de la  derecha,  ha sostenido  esto.  Salvo  periodistas  adefesios  (Aldo Mariategui,  La Razón)  con argumentos  que  tienen mas de  odiosidad  macartista hasta racial por  ser   el  centro de estudios  que   acoge  al mayor numero  de   estudiantes de los sectores populares  de  todas las regiones  del Perú. Tuve la oportunidad de estudiar  con  estudiantes  provincianos   y limeños    que en el día  trabajaban  como  comerciantes  ambulantes para subsistir  y mantener  sus  estudios. 
Una  universidad que desde  su creación  fue cuna  del  pensamiento  libre  y  de  las  ideas  mas  diversas  y  heterogéneas  jamás podría  convertirse  en centro difusor  del pensamiento  totalitario,  sectario  y dogmático  como  el que  postulaba  el  doctor  Guzmán.  Nunca  el  PCP  ganó una elección  en  San Marcos, por lo menos en los  90.   Pero,   es  cierto que  mas  de un petardo  detonó  en  la Ciudad  Universitaria  como  señal  de  su  derrota  en  cuanta  elección perdían.  No  olvido  que en cuanto  debate  se presentaban  no  era  para exponer  ideas, programa,  etc. sino para  intimidar  o  minimizar  a su  oponente  bajo la  regla de  “o  estas  con  nosotros, o contra nosotros”,  expresión  de  su tozudo menosprecio  a la política de  alianzas y  del  frente  único  que determinó su  aislamiento  de  la intelectualidad progresista  y del  movimiento popular en general  llegando   a  ejecutar  la  masacre  de  los comuneros  
 Coincido  con Tapia  en  que  la   reciente  presencia de un  grupo   de militantes del PCP  en  San Marcos  pidiendo  la amnistía  de sus  principales dirigentes y su  incorporación al sistema  de partidos   es  un  tema   que   pertenece  al  campo de  la política,  no  a  la  represión  policial  o militar.  Igualmente,  es el  reconocimiento publico   a  su  derrota  política  y  militar.  ¿Alguien puede  negar esto?.  Solo la  necedad puede  ignorar  el  honesto sacrifico  de  sus  militantes,   pero de allí  a  una propuesta  política  convincente  hay mucho  trecho.   El PCP  jamás  logro  adherir  a  los intereses de la  clase  trabajadora, menos al campesinado pobre  que  decían  representar.    Teniendo claro esto  confrontemos políticamente al PCP. 
 Aunque me ocuparé  en otro articulo acerca  de la amnistía  por  los “hechos derivados  de la  guerra interna” debo precisar  que  la presencia del  PCP  en  San Marcos  ha  sido  utilizada por la derecha fujimorista   para despertar  viejos temores, y  relanzar  el discurso antiterrorista en el  próximo  escenario electoral.  Keiko  debe estar  agradecida  al PCP. Los  extremos se juntan  una  vez mas.   En el fondo  ambos  postulan  la impunidad. Es decir, el archivamiento  de los procesos penales  abiertos  contra   los militares  procesados por  violación de los DD.HH.,  sea  por la  vía  de la  prescripción  o la absolución  por  insuficiencia probatoria  como  es  el caso de Putis,  etc.  Ese  es  el fondo.  Eso explica porque  el  Ministro Rey ha  criticado  sin frenos al IDL.
 Igualmente, este  tema, le ha servido al actual  régimen  para  minimizar la lucha  de la  región macro  sur   por la venta del gas a  Chile  y  México,  algo  que   huele  a  negocios   que producirán  fortunas mal habidas  en  el Perú   de García  Pérez.  Por  ultimo,  respecto  a  San  Marcos,   este no  ha se ha atado de boca  llegando  a  decir  que   intervendrá San Marcos para  “imponer  la  ley”.  Papá Crousillat,  Alberto  Quimper, León  Alegría,  entre  otros  de  sus amigos  corruptos  que a  diario  le  sacan la vuelta  a la ley    deben estar  riéndose  a  barriga ancha  tras  la  frase  del  Presidente,  convertido  ahora  en  un ridículo  hazmerreír.  Nunca hizo  nada por la  universidad peruana,  sin embargo  ahora  amenaza   intervenirla.  Los  sanmarquinos  estamos  ahora advertidos.  Como antes, rechacemos  la eventual  embestida  del  régimen  aprista  en  San Marcos.  Defender  la universidad  representa,  sin  duda, una  manera  de  defender  nuestras  convicciones,  la  libertad  fundamentalmente.
 JUAN  PABLO CONTRERAS  TAYPE *
*Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Licenciado en Educación por la UNE La Cantuta. Post Grado en Derecho Constitucional por la Universidad Federico Villarreal. Autor de "El Proceso Administrativo Aplicable al Profesorado del Sector Público" (2009) y "Las Asignaciones Bonificaciones Economicas en la Ley Nº 24029, Ley del Profesorado" (2010). Miembro del Centro de Investigacion Pedagogica y Asesoria Laboral CIPAL Dedicado a la docencia y la defensa legal. 
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