Nacido en 1941 en Pozarevac, en Serbia, Slobodan Milosevic —más conocido como 'Slobo'— forjó su carrera mediante la manipulación, las mentiras y una silenciosa pero desmedida ambición de poder.
Tras culminar sus estudios de Derecho, su mentor político, profesor y presidente de la República Serbia en la década de los 80, Ivan Stambolic, le impulsó al Partido Comunista de Yugoslavia, desconociendo que sería devorado por su criatura. El tiempo le haría lamentarlo. Una vez que entregó al introvertido 'Slobo' el liderazgo del partido, éste apenas tardó meses en desplazarle del poder.
A principios de los 90, el populista 'Slobo' se ganó el apodo del 'carnicero de los Balcanes', iniciando la sangrienta desintegración de Yugoslavia. Nacionalista radical —inventó el lema "allá donde hay un solo serbio está Serbia"-, exacerbó el larvado nacionalismo de su pueblo emprendiendo la espeluznante guerra en Bosnia, tres años de limpieza étnica con 250.000 civiles muertos, miles de desaparecidos y al menos 12.000 violaciones consumadas ante la permisiva actitud de Europa.
Milosevic y su esposa, Mirjana. (Foto: AP)
Para poner fin a la tragedia se negoció con Milosevic y el 21 de noviembre los acuerdos de Dayton definieron Bosnia como un estado unificado dividido en dos entidades: la federación croato-musulmana y la denominada "república de Serbia" de los serbobosnios.
Años después, en 1999, el silencioso 'Slobo' volvió a las andadas expulsando a los albaneses de Kosovo, una provincia con un 90% de población musulmana. Tras despreciar las propuestas de paz con los albanokosovares alcanzadas en Rambouillet, donde no estuvo presente, la OTAN decidió atacar Belgrado durante cuatro meses. Pero 'Slobo' no sólo se mantuvo al frente de la Presidencia, sino que logró cambiar la Constitución para poder permanecer en su 'trono'.
Dicen quienes le conocían que carecía de amigos desde su infancia, que tenía un incomprensible concepto de la vida humana —sus padres se suicidaron cuando era un adolescente— y que su esposa, Mirjana, era la verdadera estratega de los genocidios que él puso en práctica. También se le describía como un mentiroso patológico y un encantador de serpientes. Por ello, no es de extrañar que el astuto 'Slobo' confiara en salir airoso de un proceso electoral en el que aparecía como el claro derrotado. Para él, el fin siempre ha justificado los medios.
El mismo pueblo que lo ensalzó lo derrocó. El 5 de octubre de 2000, resultó castigado en las urnas, pero él se negó a aceptarlo: el Tribunal Constitucional anuló las elecciones generales. La respuesta popular fue clara y contundente. Al día siguiente miles de personas asaltaron el Parlamento y lo prendieron fuego. Vojislav Kostunica subió al poder.
Pasaron ocho meses hasta que el nuevo gobierno yugoslavo decidió, a cambio de ayudas económicas de occidente, entregar a 'Slobo' al Tribunal Internacional para los crímenes de la antigua Yugoslavia. El 29 de junio de 2001, Milosevic ya durmió en una celda de La Haya (Holanda). Desde entonces y hasta su muerte, ha estado inmerso en un jucio que finalmente no ha tenido veredicto.
Por MÓNICA G. PRIETO
2 comentarios:
RumiMaqui dijo:
Vaya, vaya y yo que pensaba que el ultimo genocida comunista había sido Polt Pot, ahora me entero de este genocida rojo de los Balcanes. Y pensar que el Perú todavia hay quienes creen en estas ideologías trasnochadas para citar un solo ejemplo ahi está ese "profesor" Robert Huaynalaya dirigente magisterial maoista cuya presencia crece cada vez mas en el magisterio, pobres maestros no se enteran de la clase de dirigente que tienen.
Que bueno el video de León!
Un abrazo desde Buenos Aires.
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