Radicales extremistas en alianza con la fragmentada izquierda continúan con este propósito.Desde hace un año, sectores radicales en alianza con los tontos útiles de toda la vida, están tratando de azuzar y soliviantar los ánimos ciudadanos pero no con una proyección democrática sino con ánimo abiertamente extremista y desestabilizador del sistema.
En ese abainco, existen posiciones extremistas de diferentes sectores sindicales, sociales y políticos que persiguen interrumpir la normal conducción del actual gobierno; el cual fue elegido democráticamente por los peruanos en los comicios del 2006, y por lo cual debe ser respetado y defendido hasta que concluya su periodo.Al respecto, EXPRESO ha cumplido rigurosamente con el rol de informar, pero sobre todo de prevenir al Estado y autoridades competentes del accionar de estos pseudo luchadores sociales, quienes se escudan en el malestar para utilizar a los disconformes como un instrumento para su estrategia de llegar al poder.
Es así que este diario ya el año pasado alertó de la intención de estos grupos antisistema. En su edición del lunes 25 de agosto, publicó que la denominada Asamblea Nacional de los Pueblos del Perú (ANP) intentaba adelantar las elecciones presidenciales. Esto planeaban hacerlo a través de acciones de violencia que provocarían una crisis política en el país y que permitiría el ingreso de la fragmentada izquierda radical para consagrar sus intereses.
Allí también se reveló que los denominados sectores radicales tenían como consigna a corto plazo, contribuir a debilitar aún más al gobierno, de tal manera que la situación fuera insostenible y una vez llegado el momento “actuaran”. A largo plazo se planeaban otras estrategias. Entre éstas estaba el aprovechamiento de la oposición política de los nuevos conflictos sociales y laborales, dando el total respaldo a los paros, huelgas, marchas, tomas de locales, etc. Es decir; extender aquellas medidas de fuerza que estaban en curso y respaldar las futuras.
Ellos se encargarían de acusar al gobierno de ser insensible a las principales demandas de la población. En un informe reservado al que EXPRESO pudo acceder también se indica que desde la instancia de la ANP se respaldarán consultas populares (alegándose tener carácter de vinculantes), medidas de fuerza e incluso la fórmula de una nueva Carta Magna, desconociendo la vigencia de la Constitución de 1993.La misma historiaEn esa misma edición EXPRESO advirtió del aprovechamiento de los nativos de parte de las ONG debido a la inacción del gobierno luego de que se derogasen los decretos 1015 y 1073.
En aquella oportunidad –al igual que ahora– el Congreso de la República también derogó dos decretos legislativos que dictó el Ejecutivo para la implementación del TLC con Estados Unidos que fueron considerados lesivos para el territorio amazónico y andino. Esto igualmente luego de una serie de medidas de fuerza que habían acatado los pobladores de la selva.En aquella oportunidad fueron los presidentes regionales de Ayacucho, Ernesto Molina, y de Huancavelica, Federico Salas, quienes alzaron la voz para hacer dichos cuestionamientos.
En la misma fecha el congresista Mauricio Mulder señaló que los nativos eran usados como carne de cañón por los intereses de algunos grupos de “facinerosos que quieren capturar el poder”. Planean revocarloEn una edición seguida a ésa; es decir, el martes 26 de agosto, este diario en su portada alertó nuevamente de la intención de algunos izquierdistas que planean la revocación presidencial. Allí se pone al descubierto que la CGTP sugiere un referéndum revocatorio contra el jefe del Estado, reafirmando que la fecha para tal cometido sería el 4 de noviembre de ese año, justo en el mismo mes que se iniciaría la Cumbre de APEC.“Vamos a estudiar esta posibilidad (…), ver toda la facilidad jurídico legal y constitucional. Lógicamente hay un descontento, y como ha ocurrido en Bolivia con Evo Morales, también puede pasar acá”, se atrevió a decir en aquel entonces el vicepresidente de la CGTP, Olmedo Auris.
Llegado el día y por motivos aún desconocidos, se hicieron para atrás. Aunque esto no quiere decir que hayan renunciado de su intención inicial pues al parece han vuelto a enrumbarse en ese camino otra vez.En esa publicación, quien mostró una posición firme fue la congresista Lourdes Alcorta, quien manifestó que “acá hay un gobierno democrático, guste o no, y que nadie puede venir a imponer lo que mejor le parece”. “Lo que extraña es que entre ONGs, elementos extranjeros que influyen en el país, Casas del ALBA, narcotráfico; el país está en una situación antisistema en las narices del Ejecutivo que no hace absolutamente nada en contra”, subrayó.
No cabe duda que del retroceso del gobierno por los hechos de Bagua, quienes más se benefician y sacan mayor provecho son estos agitadores sociales. Tan es así que algunos de ellos ya han señalado que ahora es cuando recién comienzan su lucha.
DIANA DE LA CRUZ NÚÑEZ
Más extremismo
A todo esto se suman las últimas declaraciones de Miguel Palacín, nada menos que el presidente de la Coordinadora Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería (Conacami) y a la vez coordinador general de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), quien ha asegurado que “la lucha no ha terminado (…), porque al estar ante un gobierno deslegitimizado por sus acciones antipopulares se impone el seguir batallando por la vacancia presidencial, el adelanto de elecciones, la derogatoria de todas las leyes antipopulares y la modificación de la Constitución de 1993, que es la madre de todos los males políticos del país”.
Y como muestra de que las organizaciones sociales continúan en pie de lucha, dijo que están planificando un paro nacional popular andino y amazónico para los días 7, 8 y 9 de julio próximo.
El dato
El gremio de Miguel Palacín forma parte del Frente Nacional por la Vida y la Soberanía Nacional, con la Aidesep, CGTP, Sutep, CUT Perú, CAOI, Ufrep, CCP, CN, Conafrep, FEP, rondas campesinas, y partidos izquierdistas, entre otros, quienes al parecer han sido promotores de los sucesos de Bagua el pasado 5 de junio.
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