Sakineh Mohammadi Ashtiani |
El ministro francés de Exteriores critica que hasta ahora todos se han limitado a hacer simples declaraciones
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, ha pedido a los 27 socios de la UE una advertencia común a Irán, que conlleve sanciones, para salvar la vida de Sakineh Mohammadi Ashtiani, condenada a morir lapidada por el régimen de los ayatolás. El ministro ha criticado que las actuaciones hasta ahora se han limitado a declaraciones poco eficaces, y por eso pide al Consejo Europeo "nuevas medidas".
Kouchner solicita a Catherine Ashton, jefa de la diplomacia europea, "una carta común de todos los Estados miembros de la Unión Europea a las autoridades iraníes" que considera necesaria para evitar su muerte. "Hay que comprometer a la Unión en nuevas iniciativas para recordar a las autoridades iraníes que, como en la cuestión nuclear, su actitud de aislamiento y de cierre tiene un coste, que puede eludir cuando opte por un comportamiento más conforme a sus compromisos internacionales en materia de derechos humanos", ha enfatizado el canciller francés.
El ministro ha propuesto aprovechar la reunión con sus homólogos europeos del próximo 10 y 11 de septiembre para organizar un "debate de conjunto" sobre la acción europea en defensa de los derechos humanos en Irán. En su mensaje a Ashton, Kouchner ha recordado que además de Ashtiani, "desde hace más de un año, miles de personas -detenidas, encarceladas, torturadas y algunas incluso ejecutadas- han pagado caro el ejercicio de sus derechos más elementales: manifestarse, comunicarse, hablar".
El caso de Ashtiani se conoció antes del verano cuando la Campaña Internacional por los Derechos Humanos en Irán dio la voz de alerta sobre la terrible situación en la que se encontraba esta mujer de 43 años, madre de dos hijos, Farideh y Sajjad. Ashtiani fue condenada a recibir 99 latigazos y a ingresar en prisión en 2006 por mantener "una relación ilícita" con el primo de su marido, que es como el Código Penal iraní califica cualquier relación fuera del matrimonio. El castigo establece que deberá ser enterrada hasta el pecho y golpeada hasta la muerte con piedras que no sean tan grandes como para matarla de forma instantánea ni tan pequeñas que no le causen daño.
El Gobierno de Teherán y el tribunal islámico decidirán la fecha de su lapidación, mientras Ashtiani aguarda en una cárcel iraní a que el Gobierno de su país y el tribunal islámico que la juzgó decidan cuándo morir. La sociedad civil se ha movilizado para evitar que ese día llegue, con ONG como Amnistía Internacional o Human Rights Watch movilizándose en su defensa. En Internet, más de 211.000 personas han firmado una petición para exigir su libertad.