LA MASACRE DE LOS POBLADORES DE
PACCHAS EN HUAMANGA (1989)
Fuente de la imagen: La República (Caso Soras)
La Comisión de la Verdad y
Reconciliación (CVR Perú) ha logrado determinar que
comuneros del pueblo de Paccha en el distrito de Vinchos, provincia de
Huamanga, Ayacucho fueron masacrados por miembros del PCP-SL el 11 de diciembre
de 1989. El presidente de la comunidad,
Esteban Chumbez López, Faustino Jayo López y Julián Blas López fueron
humillados, torturados y asesinados, al igual que al menos otras diecinueve
personas.
La primera incursión senderista
en la comunidad de Paccha, distrito de
Vinchos ocurrió en 1983. Los pobladores recuerdan que en esa
ocasión, los senderistas irrumpieron
en la asamblea comunal, intervinieron en la
elección de autoridades y convocaron charlas para el adoctrinamiento de los
comuneros. Según testimonios, desde aquella
incursión Sendero empezó a
asesinar a aquellos campesinos que identificaban como
“ricos”, por el hecho de tener un poco más de tierras que sus
vecinos; a ganaderos y a cualquier persona que colaborase con las fuerzas del orden
alojándoles o dándoles alimento.
Los comuneros no tardaron en
percibir como negativa la presencia de Sendero y acogieron iniciativas de
autodefensa de carácter tradicional, bajo el modelo de las rondas, puestas en marcha
por las vecinas comunidades de Andabamba y Jutate. Debido al
contexto crecientemente adverso,
las columnas del PCP-SL respondieron con tácticas de
restricción de la movilidad de la población rural, instalando retenes en
los caminos y estableciendo listas de personas autorizadas a circular. La
comunidad de Paccha, como otros poblados de la provincia de Huamanga, quedó
atrapada en una zona bajo control efectivo de el PCP-SL y por lo tanto bajo sospecha de subversión para las fuerzas
del orden. A esta adversa situación solamente podían responder con su
organización y con muy
rudimentarios elementos de protección, como sus propios instrumentos de
trabajo, convertidos en armas.
La violencia se incrementó
cuando, en 1989, la cúpula de Sendero declaró que la así llamada “guerra
popular” estaba en la orientación de alcanzar en breve plazo el equilibrio
estratégico entre las fuerzas senderistas y el Estado peruano. Entonces, las
columnas del PCP- SL presionaron más a las comunidades campesinas,
intensificaron los asesinatos selectivos que se dirigieron no solamente contra quienes
aparentemente se habían opuesto al
“nuevo orden”, sino también contra los que eran considerados
indiferentes.
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