LIMA Plinio Montalván y Carlos Montaner son, respectivamente, el productor ejecutivo y el director del premiado documental Bajo el cielo cubano-el trabajador y sus derechos que muestra la violación sistemática de derechos humanos y laborales por el gobierno de los hermanos Castro. Discriminación racial, copamiento sindical y confiscación de salarios son sólo algunos de los atropellos que ayudan a desenmascarar a quienes todavía creen en la revolución de los barbudos. Correo: ¿Por qué otro documental sobre Cuba?
Carlos Montaner (CM): Cuba jamás dejará de ser un tema de interés tanto para los que vivimos en el exilio como para los detractores y admiradores de Fidel alrededor del mundo. ¿Qué pasará cuando se muera?, "existe una transición en marcha?, ¿cómo ha podido sobrevivir por tanto tiempo un sistema totalmente desgastado? Son las preguntas que todos se hacen ahora, pero en el documental quisimos tocar otra faceta de la "Revolución". Uno pensaría que en un régimen comunista, el bienestar de los trabajadores está por encima de todo y lo que revelamos, no tanto al mundo sino a los propios cubanos, es que están viviendo bajo el esclavismo del siglo XXI.
C: ¿Revelar a los propioscubanos?
Plinio Montalván (PM): El documental gira en torno a los trabajadores de la industria hotelera y compara la situación de los "trabajadores" cubanos con sus pares de República Dominicana, España o México que trabajan en las mismas cadenas hoteleras. Antes de lanzar el documental al mundo logramos hacerlo circular, clandestinamente por supuesto, en la propia Cuba, para que los trabajadores se den cuenta de cómo están siendo tratados.
C: ¿Por qué la industria hotelera?
PM: ¿Sabes cuál es el puesto de trabajo más codiciado en toda la Isla? Custodio de un baño en el Aeropuerto Internacional de La Habana. Nadie quiere trabajar en una industria donde te pagan en pesos. La gente busca tener contacto con los extranjeros para poder acceder a propinas en moneda dura. Es la única manera de buscársela.
C: Cuando Fidel enfermó y su hermano Raúl lo reemplazó se especuló con que eso marcaba el comienzo de un cambio parecido al experimentado en China con Den Xiao Ping. ¿Podrían confirmar esa tendencia?
PM: En China hay control político del Estado, hay represión y violaciones de los derechos humanos, pero existe un espacio para la iniciativa y empresa privada. En Cuba no, ni hay visos de que ello ocurra. El cubano no puede establecer un negocio. Si quiero tener un restaurante sólo podría funcionar contratando a mis familiares directos. Encima no puede tener más de doce sillas. Al principio la limitación era a cuatro mesas, pero como las mesas cada vez comenzaron a hacerse más grandes tuvieron que cambiar la regla. Entonces el Estado sigue siéndolo todo. Es el modelo soviético en todo su patético esplendor.
C: Algo que me llamó poderosamente la atención del documental es escuchar a los sindicalistas independientes hablar de discriminación racial.
CM: Es que en el mundo se tiene la idea del cubano como alguien de características raciales africanas. Eso al gobierno no le gusta y por eso, al seleccionar a quienes trabajarán en los hoteles y restaurantes discrimina y prefiere a los de rasgos más occidentales.
C: ¿Cómo es eso de que el gobierno seleccionaa los trabajadores?
PM: Cualquier inversionista extranjero que desea operar un hotel, primero tiene que hacerse socio del gobierno y luego tiene que escoger al personal de una bolsa de trabajadores seleccionada por el gobierno. Si algún trabajador no le gusta puede cambiarlo por otro de la misma lista. Obviamente, los integrantes de la lista han sido previamente filtrados por el aparato de inteligencia. Si un trabajador no acude a una de las marchas convocadas por el gobierno lo más seguro es que pierda su trabajo.
C: ¿Tampoco existe libertad sindical en Cuba?
CM: Antes de la revolución existía la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), que había conseguido reivindicaciones laborales importantes. Pero ahora es tan sólo un órgano más del Partido Comunista. Como el Estado es el único empleador, la CTC no se puede enfrentar a su propio dueño y sólo se limita a organizar fiestas. Hay dirigentes sindicales independientes pero viven absolutamente reprimidos. En el documental se contrasta la posibilidad de los trabajadores de un hotel en México de celebrar un convenio colectivo. En Cuba eso no es posible, como tampoco organizar una huelga.
C: ¿Y la confiscación salarial?
PM: La empresa extranjera paga al gobierno cubano 400 euros mensuales por el trabajo de un cubano. El gobierno le paga a ese trabajador 400 pesos cubanos, algo así como 13 euros. O sea que la revolución se queda con el 97% de tu salario. Igual, lo que importa son las propinas.
C: Pero ese "superimpuesto" al salario se ve compensado por el excelente sistema de salud y educación de Cuba?
PM: El sistema de salud funciona muy bien para los que hacen turismo médico. El cubano común y corriente tiene que comprarse sus medicinas, acudir a hospitales con equipo obsoleto y baños en pésimo estado. Además, con la gran cantidad de médicos que han sido enviados al exterior en pago por el petróleo venezolano se ha resquebrajado bastante el servicio. La educación es buena pero a nadie le sirve. Los jóvenes ya no están dispuestos a estudiar una carrera universitaria cuando lo que importa es ser cocinero, cantinero o taxista de un hotel. O trabajar en el "turismo sexual".
C: Bueno, pero todo esto se explica porque Cuba vive una economía de guerra, por su enfrentamiento con el imperialismo yanqui, que la tiene estrangulada por el bloqueo.
CM: Esa es la eterna excusa. Nosotros también nos oponemos al bloqueo, pero una cosa no determina la otra. El régimen sabe muy bien que para sobrevivir tiene que mantener la bota firme sobre la yugular y no puede dar lugar a espacios de libertad. Ya no vende la idea del sacrificio.
C: Eso de que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista noparece funcionar enla Cuba de Fidel
PM: El pueblo está agotado y el gobierno también. La gente joven ya no se identifica con la Revolución. La idea del sacrificio ya no se vende. Una aventura como la de Angola sería impensable. Eso se lo dejan a Chávez. Lo más probable es que cuando mueran los Castro surja un "Putin tropical". Un general de las fuerzas armadas, que hoy por hoy dirigen todo el aparato productivo, se instalará en el poder y comenzará a efectuar los cambios. EE.UU. no quiere narcotráfico ni inmigración y quienes están en mejor posición para asegurar de que eso no pase son los militares.
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