Justicia. Documentos ya están en manos de fiscalía. Institución castrense niega hasta hoy que existió una base en comunidad donde militares asesinaron a más de 100 campesinos.
Por María Elena Castillo.
Veinticinco años después de la masacre de un centenar de campesinos en Putis, Ayacucho, aparecieron evidencias documentales que confirman que el Ejército instaló una base militar en dicha comunidad y que los militares son los responsables del crimen masivo. Las pruebas, que se encuentran en poder de la Segunda Fiscalía Penal Provincial de Huamanga, desmienten al Ministerio de Defensa y a los jefes de diferentes dependencias militares, que hasta ahora niegan que haya existido una base en la localidad andina.
Se trata de una fotografía y dos documentos suscritos en agosto de 1984, cuatro meses antes de la ejecución extrajudicial de los pobladores, que demuestran que efectivos del Ejército estaban instalados en San José de Secce, en cuya jurisdicción se encontraba Putis.
La prueba más contundente es una fotografía tomada en el patio de una instalación militar de la zona, en la que se observa a un soldado del Ejército posando junto a una especie de monumento en el que se mencionan los nombres de varias bases. En primer lugar se observa el nombre de Putis, seguido de otras como Canayre, Ayahuanco, Carhuarán y Churcampa.
El abogado de Paz y Esperanza, Milton Campos, que representa a los familiares de las víctimas de Putis, indicó que esta imagen es una notable evidencia de que la base existió y que los militares no lo pueden seguir negando. Sostuvo que también existen dos cartas dirigidas por un poblador de Carhuarán y recibidas por el jefe político militar de San José de Secce (capital del distrito al que pertenece Putis), quien se identificó como “Negro” o “Joselito”, que son una clara muestra de que el Ejército tuvo una presencia permanente en el lugar.
Autoría mediata
“La Marina tenía el control de las bases de Huanta y La Mar, pero las declaraciones de efectivos militares que estuvieron en la zona, recogidas por la fiscalía, señalan que el Ejército patrullaba y actuaba en las alturas”, dijo.
Campos refirió que la masacre de los niños y campesinos de Putis, cometida el 13 de diciembre de 1984, no fue una acción aislada perpetrada por un grupo de efectivos que actuó por cuenta propia, sino que se trató de una operación decidida al más alto nivel en la estructura castrense de la Subzona Militar 5, de Ayacucho, en ese momento bajo el mando del entonces coronel EP Wilfredo Mori Orzo.
“Sostenemos la tesis de la autoría mediata porque él era jefe político militar y además Jefe de Estado Mayor Operativo (JEMO). Él mismo ha reconocido ante la fiscalía que entre sus funciones era disponer todas las operaciones de las 63 bases instaladas bajo su mando. Ha indicado que toda información le era comunicada a través de una cadena: el jefe de la patrulla al jefe de la base, este al jefe de la unidad y de allí a él mismo. Dijo que así funcionaba porque él tenía que autorizar todas las operaciones”, comentó.
Recordó que, además, el ahora general en retiro Mori explicó que formaba parte de la Segunda División de Infantería y que su estado mayor tenía control de todas las acciones realizadas en Ayacucho, por lo que sus integrantes deben estar incluidos en la denuncia.
Precisiones
LARGO PLAZO. La investigación fiscal sobre la matanza de Putis se inició en diciembre del 2001. La insistente negativa del Ministerio de Defensa y el Ejército a entregar información ha sido la principal causa de la demora para culminar el caso.
DEUDOS. Los familiares de las víctimas se sienten engañados por la justicia. Paz y Esperanza inició un programa de acompañamiento emocional para que recuperen la confianza y procesen mejor el dolor de haber perdido a sus seres queridos.
Al mismo estilo de Fujimori
Pese a negar haber ordenado la instalación de la base de Putis, el general (r) Wilfredo Mori Orzo dijo ante la fiscalía que si efectivos militares cometieron los crímenes de Putis, se trató de un exceso. Indicó que nunca fue informado del caso, ni siquiera como un enfrentamiento producido en la zona.
El abogado de Paz y Esperanza, Milton Campos, cuestionó esta afirmación, pues en diciembre de 1984 un medio de comunicación dio cuenta de un enfrentamiento en “Yutis”, en las alturas de Huanta, en el que murieron varios subversivos.
“Cuando le preguntamos si había iniciado alguna investigación sobre esta versión, dijo, al estilo de Fujimori, que él no leía ese diario y que recién se había enterado en el 2008, cuando vio un reportaje en la televisión. Esa es otra mentira más, pues cuatro años antes le iniciaron un proceso en el fuero militar”, dijo.
Por María Elena Castillo.
Veinticinco años después de la masacre de un centenar de campesinos en Putis, Ayacucho, aparecieron evidencias documentales que confirman que el Ejército instaló una base militar en dicha comunidad y que los militares son los responsables del crimen masivo. Las pruebas, que se encuentran en poder de la Segunda Fiscalía Penal Provincial de Huamanga, desmienten al Ministerio de Defensa y a los jefes de diferentes dependencias militares, que hasta ahora niegan que haya existido una base en la localidad andina.
Se trata de una fotografía y dos documentos suscritos en agosto de 1984, cuatro meses antes de la ejecución extrajudicial de los pobladores, que demuestran que efectivos del Ejército estaban instalados en San José de Secce, en cuya jurisdicción se encontraba Putis.
La prueba más contundente es una fotografía tomada en el patio de una instalación militar de la zona, en la que se observa a un soldado del Ejército posando junto a una especie de monumento en el que se mencionan los nombres de varias bases. En primer lugar se observa el nombre de Putis, seguido de otras como Canayre, Ayahuanco, Carhuarán y Churcampa.
El abogado de Paz y Esperanza, Milton Campos, que representa a los familiares de las víctimas de Putis, indicó que esta imagen es una notable evidencia de que la base existió y que los militares no lo pueden seguir negando. Sostuvo que también existen dos cartas dirigidas por un poblador de Carhuarán y recibidas por el jefe político militar de San José de Secce (capital del distrito al que pertenece Putis), quien se identificó como “Negro” o “Joselito”, que son una clara muestra de que el Ejército tuvo una presencia permanente en el lugar.
Autoría mediata
“La Marina tenía el control de las bases de Huanta y La Mar, pero las declaraciones de efectivos militares que estuvieron en la zona, recogidas por la fiscalía, señalan que el Ejército patrullaba y actuaba en las alturas”, dijo.
Campos refirió que la masacre de los niños y campesinos de Putis, cometida el 13 de diciembre de 1984, no fue una acción aislada perpetrada por un grupo de efectivos que actuó por cuenta propia, sino que se trató de una operación decidida al más alto nivel en la estructura castrense de la Subzona Militar 5, de Ayacucho, en ese momento bajo el mando del entonces coronel EP Wilfredo Mori Orzo.
“Sostenemos la tesis de la autoría mediata porque él era jefe político militar y además Jefe de Estado Mayor Operativo (JEMO). Él mismo ha reconocido ante la fiscalía que entre sus funciones era disponer todas las operaciones de las 63 bases instaladas bajo su mando. Ha indicado que toda información le era comunicada a través de una cadena: el jefe de la patrulla al jefe de la base, este al jefe de la unidad y de allí a él mismo. Dijo que así funcionaba porque él tenía que autorizar todas las operaciones”, comentó.
Recordó que, además, el ahora general en retiro Mori explicó que formaba parte de la Segunda División de Infantería y que su estado mayor tenía control de todas las acciones realizadas en Ayacucho, por lo que sus integrantes deben estar incluidos en la denuncia.
Precisiones
LARGO PLAZO. La investigación fiscal sobre la matanza de Putis se inició en diciembre del 2001. La insistente negativa del Ministerio de Defensa y el Ejército a entregar información ha sido la principal causa de la demora para culminar el caso.
DEUDOS. Los familiares de las víctimas se sienten engañados por la justicia. Paz y Esperanza inició un programa de acompañamiento emocional para que recuperen la confianza y procesen mejor el dolor de haber perdido a sus seres queridos.
Al mismo estilo de Fujimori
Pese a negar haber ordenado la instalación de la base de Putis, el general (r) Wilfredo Mori Orzo dijo ante la fiscalía que si efectivos militares cometieron los crímenes de Putis, se trató de un exceso. Indicó que nunca fue informado del caso, ni siquiera como un enfrentamiento producido en la zona.
El abogado de Paz y Esperanza, Milton Campos, cuestionó esta afirmación, pues en diciembre de 1984 un medio de comunicación dio cuenta de un enfrentamiento en “Yutis”, en las alturas de Huanta, en el que murieron varios subversivos.
“Cuando le preguntamos si había iniciado alguna investigación sobre esta versión, dijo, al estilo de Fujimori, que él no leía ese diario y que recién se había enterado en el 2008, cuando vio un reportaje en la televisión. Esa es otra mentira más, pues cuatro años antes le iniciaron un proceso en el fuero militar”, dijo.
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