La Eurocámara y los diputados socialistas chilenos exigieron la libertad de los presos
LA HABANA. Las Damas de Blanco marchaban ayer en el séptimo aniversario del encarcelamiento de sus 75 familiares por las calles de La Habana Vieja, mientras unos 350 partidarios del Gobierno las abucheaban sin llegar a la violencia.
"No vamos a dejar de marchar suceda lo que suceda, que ellos hagan lo que quieran al conmemorarse esta fecha (conocida como la Primavera Negra)", dijo la disidente Laura Pollán, mientras caminaba con el brazo derecho en cabestrillo y un dedo de esa mano inmovilizado, resultado del enfrentamiento del miércoles pasado con partidarios del Gobierno y la Policía.
El miércoles, en la tercera jornada de marchas, Las Damas de Blanco fueron empujadas y golpeadas por partidarios del Gobierno, mientras que policías mujeres las montaron en dos ómnibuses a la fuerza, incluso cargándolas entre varios, para evacuarlas hasta la casa de Pollán.
Este hecho fue duramente condenado ayer por la comunidad internacional. El presidente del Parlamento Europeo (PE), Jerzy Buzek, condenó la brutalidad policial contra Las Damas de Blanco y exigió a La Habana la liberación inmediata de todos los presos políticos.
Además, por primera vez, los diputados del Partido Socialista de Chile se sumaron a la declaración pública del Senado sobre la situación de los derechos humanos en la isla y solicitaron también la libertad incondicional de los denominados presos de conciencia.
A primera hora de ayer, una treintena de esas mujeres vestidas de blanco y portando gladiolos rosados asistieron a la misa en el templo de La Merced, en La Habana Vieja, de donde salieron en marcha silenciosa hasta que fueron interceptadas por grupos pro castristas.
El Gobierno considera a Las Damas de Blanco como punta de lanza de la política subversiva de los Estados Unidos contra la isla y las acusa de recibir financiamiento de Washington. (AFP-EFE)
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