Fue un operativo coordinado, en los años 70, entre la CIA y las dictaduras militares que ejercían el poder en ciertos países del sur de América Latina (Chile, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia) a través de sus servicios de seguridad, para combatir a la guerrilla, de ideología izquierdista, marxista, calificada como subversiva. Su acción represiva convirtió a los gobernantes implicados en su implementación, en ejecutores del “terrorismo de estado”, que arrojó como consecuencia un total de 400.000 muertos o “desaparecidos”.
Los datos pudieron ser obtenidos no hace mucho, por documentos desclasificados por parte de la CIA. En Paraguay, donde aparentemente se guardaba la documentación, salieron a la luz hacia 1990, papeles secretos que rebelaron los horrores cometidos por la policía política de ese país, y sobre la acción coordinada con países de la región.. Allí se habla de una reunión de tal carácter, celebrada en Santiago de Chile, a fines de 1975.
En el informe del agente del FBI Robert Scherrer, de 1976, que se desempeñaba como agregado legal, integrante de la embajada estadounidense en la capital argentina, desde 1972, al Director del FBI en Norteamérica (Washington) se hablaba de la existencia de este Plan Cóndor, como base de datos, con el fin de eliminar a enemigos políticos. Descubrió estas operaciones al investigar las conexiones locales del asesinato de Orlando Letelier del Solar, al que luego nos referiremos. Sindicaba a Chile como centro líder del plan.
En el informe del agente del FBI Robert Scherrer, de 1976, que se desempeñaba como agregado legal, integrante de la embajada estadounidense en la capital argentina, desde 1972, al Director del FBI en Norteamérica (Washington) se hablaba de la existencia de este Plan Cóndor, como base de datos, con el fin de eliminar a enemigos políticos. Descubrió estas operaciones al investigar las conexiones locales del asesinato de Orlando Letelier del Solar, al que luego nos referiremos. Sindicaba a Chile como centro líder del plan.
Una investigación periodística estadounidense, observó parecidos con la obra de exterminio realizada por ejemplo en Vietnam, pero consideraron más creíble que haya sido elaborada luego de que en Cuba fuera llevada a cabo la revolución, en 1959. Sería parte de los instrumentos combativos de la Guerra Fría, anticomunista, y su primera exteriorización habría sido en 1960, en una Conferencia realizada en Panamá, con representantes de los Ejércitos Americanos. Pudo ponerse en práctica cuando las dictaduras lograron alzarse con el gobierno, en los países de América del Sur.
En un documento de la CIA fechado el 23 de junio de 1976, se pone de manifiesto que existió una reunión en Buenos Aires (Argentina) a comienzos del año 1974, donde se reunieron oficiales de ese país, con los de Uruguay, Chile, Bolivia y Paraguay, para coordinar acciones anti-subversivas.
En Chile, los militares detentaban el poder desde 1973, cuando fue derrocado Salvador Allende, en Uruguay desde 1976, aunque ya tutelaban las funciones gubernamentales, desde tres años antes, y en Brasil, a partir de 1964. En Paraguay la dictadura era más antigua y se remontaba a 1954, personalizada en el general Alfredo Stroessner. Las dictaduras más viejas, y por lo tanto más expertas, brindaban asesoramiento a las más recientes. Brasil, por ejemplo, tuvo mucha influencia en el nacimiento de la dictadura chilena.
En junio de 1974, en Chile, fue creada la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) que fue el brazo ejecutor policial y secreto de la represión instaurada por Pinochet. Su jefe fue Manuel Contreras, que es considerado como el fundador de este Plan Cóndor, gestado tras la visita que realizó a Langley (Virginia) en 1975,donde recibió, durante 15 días, instrucciones en el Cuartel General de la CIA. Las bases de las operaciones estarían instaladas en el espacio comprendido por la región del Canal de Panamá.
En Bolivia, Hugo Bánzer, dictador de la época, negó la participación de su país en la organización. Si bien el aporte boliviano fue de menor importancia, actuó en el suministro de datos, y en la entrega de personas sospechadas.
Carlos Prats, fue un prestigioso militar, al mando del ejército durante el gobierno en Chile, de Salvador Allende. Hombre de derecho, respetuoso de la legalidad, profesionalizó y jerarquizó la institución militar. Fue Ministro de Defensa en 1973, y debió exiliarse en Argentina tras el golpe militar que derrocó a Allende. En ese país encontró la muerte, junto a su esposa, cuando la DINA colocó en su automóvil un aparato explosivo. Para hacerlo, seguramente debieron haber recibido apoyo local de grupos argentinos. La conexión interestatal es notable si observamos que la mayoría de los subversivos uruguayos fueron asesinados fuera de su país.
El chileno Orlando Letelier, que había sido Ministro de Gobierno de la derrocada democracia, corrió suerte parecida, ya que tras padecer la prisión donde fue cruelmente torturado, debió radicarse en Estados Unidos donde también falleció a consecuencia de una bomba que estalló en su vehículo.
Además de actuar en América el operativo se extendió a Europa. Por ejemplo en Roma (Italia) el Demócrata Cristiano chileno Bernardo Leighton sufrió una tentativa de homicidio por parte de la Operación Gladio, organización anticomunista apoyada también por la CIA.
Además de actuar en América el operativo se extendió a Europa. Por ejemplo en Roma (Italia) el Demócrata Cristiano chileno Bernardo Leighton sufrió una tentativa de homicidio por parte de la Operación Gladio, organización anticomunista apoyada también por la CIA.
En el año 2007 la justicia italiana ordenó el arresto de 140 militares (originariamente había seis más pero murieron) comprometidos con este siniestro plan. En su consecuencia la primera detención que ocurrió fue la de Néstor Fernández Troccoli, que había sido militar de la represión ilegal, de nacionalidad uruguaya, en su vivienda ubicada al sur de Italia. El resto de los acusados serán objeto de pedidos de extradición.
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